Llega el verano y con él, uno de los peores enemigos de los smartphones: la calor. Si ya de por sí los equipos electrónicos tienden a trabajar con temperaturas altas, que encima tengan un estímulo externo hace que la situación se ponga seria. Por ello, si tu móvil se calienta más de lo normal, te traemos algunos consejos para evitar que, dentro de lo posible, se funda en tu mano.
Suele ser el motivo más común. Alguna app, por algún motivo, está trabajando al 100% y está poniendo a tu smartphone al límite, haciendo que la CPU se caliente y por ende, la batería también (y que se consuma).
Una forma de localizar el problema es yendo a los Ajustes/Batería y observar qué apps están consumiendo más batería. Si ves alguna que haya disparado el drenaje de la autonomía, entra en Ajustes/Aplicaciones y dale a “Forzar cierre”.
Si no se trata de algún proceso loco, entonces quizá el problema esté en la temperatura ambiente. Si tú tienes calor, imagínate tu smartphone.
De entrada suelen trabajar en torno a los 30-35º, pero si a la calor ambiental propio del verano le sumamos: el GPS, el WiFi, la (poca) cobertura, el (alto) brillo de la pantalla, el bluetooth o algún juego de alto rendimiento, es probable que tu smartphone sufra un sofoco. O acaba antes activando el modo avión.
Si no estás utilizando alguno de estos servicios en el momento en el que el equipo se caliente, desactívalo y deja tu smartphone un rato a la sombra.
Mucho se ha hablado sobre este tipo de apps, que te prometen mejorar el rendimiento del terminal y al final lo que acaban haciendo es todo lo contrario.
Quizá en iPhone no tanto, pero el Google Play de Android está plagado de optimizadores que venden el mejor humo de la industria. Generalmente, suelen bloquear el inicio de las apps (o matar las que estén en segundo plano) haciendo que, o bien éstas no te notifiquen de novedades (cuando te llegue un nuevo WhatsApp, te etiqueten en Facebook) o que se vuelvan a abrir de inmediato, gastando recursos de tu smartphone en el proceso.
Cuando enchufas el smartphone a la corriente, la batería también tiende a calentarse.
Desenchufa el cable y espera a que el terminal se temple; luego, prueba con otro cargador para descartar que sea un fallo de éste.
Si no eres capaz de localizar el problema por el que tu móvil se calienta, haz lo que probablemente ya se te haya pasado por la mente: apagarlo.
De esta manera, la CPU y los demás elementos internos dejarán de trabajar, y si algún proceso se había desatado en el sistema operativo, éste se habrá cerrado.
Ligado al consejo anterior, si necesitas cargar la batería, prueba a hacerlo con el smartphone apagado.
Si aun así el calor persiste, quizá se trate de un defecto en los componentes del equipo. ¿Dispones de la garantía todavía? ¡Aprovéchala antes de que te caduque!
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