Tenemos más que asumida la expansión de los Smartphone a día de hoy. Los usamos prácticamente todo el día, incluso mientras andamos por la calle. Es cómodo responder mensajes y gestionar información importante durante el rato muerto que supone desplazarnos a pie, aunque últimamente se está cobrando un precio demasiado alto. Cada vez son más los accidentes que tienen lugar a plena calle por culpa de no levantar la mirada del teléfono, especialmente entre los usuarios jóvenes y adolescentes. Es tal la adicción que sufren algunos que se está denominando la generación como «head-down generation» (la que mira hacia abajo) y se está empezando a implementar la puesta de semáforos anti Smartphone para evitar muertes innecesarias.
Suena un poco absurdo, pero esta medida ya vigente en las ciudades de Colonia y Augsburgo está siendo objeto de polémica. Son muchos los que dicen que instalar luces LED en el suelo limitando la acera y el asfalto es tirar el dinero, pero que se enciendan luces rojas en el suelo (además LED, que son potentes) cuando el semáforo se ponga rojo puede llamar nuestra atención mientras estemos Whatsapeando. La implantación de semáforos anti Smartphone se fonamenta en un estudio que se realizó en diversas capitales europeas en el que se afirma que aproximadamente un 17% de transeúntes circula por la calle con la mirada enganchada a su teléfono. Si sólo se quedara ahí no sería un problema, pero el aumento de accidentes por peatones distraídos no es algo que se pueda ignorar.
Tenemos multitud de ejemplos de accidentes provocados por smartphones. Una chica de 15 años murió al ser arrollada por un tranvía a causa de llevar puestos sus auriculares y no oír el vehículo. Otro joven de 17 tuvo un encuentro parecido aunque por fortuna sobrevivió. Como veis no fue sólo el teléfono, sino que los auriculares son también un peligro a la hora de andar por la ciudad, y el gobierno se planteó como hacer frente a una distracción visual y sonora tan importante, llegando a una conclusión razonable: crear un estímulo aún mayor. Semáforos anti Smartphone. Y es que ese rojo chillón que brilla desde el suelo es imposible no ser visto.
Esta medida parece que va a ser implantada en bastantes más localidades, aunque falta por evaluar los resultados. Dicha adicción a los móviles no es un problema exclusivo de Europa, pues en los demás continentes ya se están empezando a tomar medidas al respecto. En Estados Unidos los policías tienen más trabajo que nunca, pues a partir de ahora deberán multar a los peatones que circulen por sitios peligrosos poniendo atención a su teléfono. El precio de la multa puede llegar a los 50 dólares. Por otra parte, en China se están creando carriles especiales para aquellos adictos al Smartphone que quieran andar sin levantar la vista de la pantalla. Son medidas con cierta lógica, aunque podrían ahorrarse si la población fuera más consciente de los peligros que acechan en una ciudad estándar. Sólo queda una pregunta por resolver, y es: ¿Era necesario llegar a esto?
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