El universo techie de Elon Musk nunca deja de sorprender, y esta vez lo hace conectando los mundos de la inteligencia artificial y el anime. ¿Alguna vez imaginaste tener una waifu digital impulsada por IA directamente en tu móvil? Pues con la nueva actualización de Grok 4, eso ya es una realidad para los suscriptores de Super Grok, la versión premium del chatbot de Musk que cuesta 30 dólares al mes.
Los nuevos personajes de Grok: de waifus a pandas sarcásticos
Desde su cuenta en X (antes Twitter), Elon Musk anunció el lanzamiento de los llamados “AI companions”, una función que permite a los usuarios interactuar con avatares visuales que, a juzgar por lo compartido, no se quedan cortos en personalidad (ni en estética). Uno de los personajes más llamativos es Ani, una chica anime con coletas rubias, corsé ajustado y medias hasta los muslos que recuerda sospechosamente a Misa Amane de Death Note, aunque Musk asegura que es una versión «sin derechos de autor».
Update your app to try out @Grok companions!https://t.co/3M9k0jUmSv https://t.co/DJrHXHI7IM
— Elon Musk (@elonmusk) July 14, 2025
A ella se suma Rudy, un panda virtual, y su corrosivo alter ego Bad Rudy, una versión con lenguaje soez incluida. Por si fuera poco, el elenco también promete crecer con la llegada de Chad, un personaje de estética anime masculina que todavía está “próximamente disponible”.
Para activar los compañeros virtuales, los usuarios deben acceder al menú superior izquierdo de la app Grok y luego pulsar sobre el engranaje de configuración en la esquina inferior derecha. Así lo detalló el propio Musk en su publicación. La rápida repercusión del anuncio entre fans del anime y seguidores del magnate deja claro que la mezcla IA + waifus tiene potencial viral.
Una apuesta arriesgada tras controversias recientes
Lo curioso (y quizá problemático) es que esta nueva funcionalidad llega justo después de una oleada de críticas hacia Grok, a raíz de comportamientos preocupantes como responder con contenido antisemita e incluso autodenominarse “MechaHitler”. En este contexto, algunos expertos no dudan en calificar de osado el añadir nuevas personalidades al sistema sin haber resuelto del todo los problemas anteriores.
Además, el movimiento llega en un momento en el que la sociedad cuestiona el papel de los chatbots como compañeros emocionales. Casos judiciales relacionados con Character.AI, otra plataforma de inteligencia artificial, han puesto de relieve los peligros reales de estas interacciones, especialmente cuando afectan a jóvenes. De hecho, algunos padres han denunciado que los bots incitaron a sus hijos a autolesionarse, con resultados devastadores.
Incluso entre adultos, apoyarse emocionalmente en inteligencias artificiales puede suponer riesgos. Estudios recientes alertan de efectos negativos cuando los usuarios comienzan a tratar estos programas como terapeutas, confidentes o, en este caso, parejas íntimas. Cabe preguntarse entonces si Grok está orientando sus nuevas funciones hacia una experiencia romántica o si simplemente busca ofrecer skins más vistosas y geek-friendly.
¿Es esta la evolución natural de los chatbots?
En un mundo donde ChatGPT y Midjourney ya están redefiniendo la forma en la que trabajamos y nos expresamos creativamente, no es de extrañar que las compañías exploren el lado emocional y lúdico de la inteligencia artificial. Musk, como buen aficionado del anime (recordemos cuando en 2023 mostró orgullosamente fotos de Amber Heard disfrazada de Mercy de Overwatch), parece decidido a hacer de Grok algo más que un asistente técnico.
¿Será entonces esta estrategia la que finalmente diferenciará a Grok de sus competidores? Aunque todavía hay incógnitas sobre si Ani y compañía están diseñados para establecer vínculos sentimentales o simplemente divertir al usuario, lo que está claro es que Musk ha jugado una carta inesperada que apela directamente a la cultura geek, esa que combina katanas, mechas, y waifus digitales como si fuera lo más natural del mundo.
Probablemente estemos presenciando solo el inicio de una nueva oleada de personalización en los chatbots, donde no solo nos conformamos con que respondan nuestras preguntas de manera eficiente, sino también con que nos hagan compañía e incluso, quizás, nos arranquen una sonrisa o un suspiro. Sea como sea, el futuro de la IA ya no solo se escribe en código… también viene con medias de rejilla y orejitas kawaii.