¿Te apetece usar tu ordenador en otro idioma para practicar, por trabajo o porque te sientes más cómodo así? Cambiar el idioma del sistema en Windows y en macOS es más sencillo de lo que parece y, de hecho, el proceso apenas lleva unos minutos si sabes dónde tocar. Eso sí, conviene tener claro que modificar el idioma del sistema no forzará automáticamente el cambio en todos los programas ni en tu navegador; muchas apps mantienen su propia preferencia y tendrás que elegirla al instalarlas o en sus ajustes. Con esta guía, al más puro estilo geek —tan directo como instalar un paquete en Linux o configurar un atajo en Visual Studio Code—, lo dejarás afinado sin dolor.
Cambiar el idioma en Windows 10 y 11
En Windows, lo más rápido es invocar la Configuración con el atajo Win + I, aunque también puedes abrir el menú Inicio y pulsar en el icono del engranaje. A continuación, entra en la sección Tiempo e idioma; en Windows 11 verás el apartado Idioma y región, mientras que en Windows 10 aparece como Idioma.
Si el idioma que quieres ya figura en el menú de Idioma de Windows, selecciónalo y acepta el cambio. Si no aparece, toca en Añadir un idioma (el botón con el símbolo +), busca en la lista o escribe su nombre en el cuadro de búsqueda y selecciónalo. Antes de continuar, revisa los iconos que acompañan a cada paquete porque indican qué funciones hay disponibles; no todos los idiomas ofrecen lo mismo, y algunas opciones como el texto a voz o el reconocimiento de voz pueden no estar incluidas.
Durante la instalación, marca la casilla para establecerlo como idioma de la interfaz de Windows. El sistema descargará los componentes necesarios y verás el progreso dentro de Idiomas preferidos. Cuando termine, Windows te pedirá cerrar sesión o reiniciar para aplicar el cambio; acepta y, al volver al escritorio, la interfaz (Escritorio, Explorador de archivos, menús) aparecerá ya en el nuevo idioma.
¿Te has perdido en un idioma que no comprendes? Tranquilidad: abre Google Translate en el móvil y utiliza la traducción por cámara para identificar los menús y deshacer el cambio. Y si tras reiniciar no se mantiene el idioma seleccionado, prueba a pasar por Windows Update y pon al día el sistema antes de volver a intentarlo.
Cambiar el idioma en macOS (Ventura y versiones anteriores)
En Mac, el recorrido empieza en el menú de la manzana. Abre Ajustes del Sistema si usas macOS 13 Ventura o posterior, o Preferencias del Sistema en versiones anteriores. Dentro, entra en General y después en Idioma y región. Verás la lista de idiomas del sistema y podrás reorganizarlos arrastrando; coloca en la parte superior el que quieres usar para que macOS lo adopte como preferido.
Si no aparece, pulsa el botón + para añadirlo. La lista está dividida por una línea: por encima encontrarás idiomas plenamente compatibles con la interfaz de macOS (menús, notificaciones, sitios web y más), y por debajo verás idiomas con soporte parcial que podrían mostrarse solo en ciertas apps o webs. Si colocas en cabeza un idioma que no está totalmente soportado, el sistema recurrirá al siguiente disponible para mostrar aquello que falte, así que conviene ordenar la lista con criterio.
Cuando macOS te pregunte si deseas usar el nuevo idioma como principal, confirma; en ocasiones puede solicitar reiniciar para completar el cambio. Si compartes el equipo y quieres que el idioma nuevo se vea también en la pantalla de inicio de sesión, toca el icono del engranaje en esa misma sección y elige Aplicar a la ventana de inicio de sesión.
Una ventaja extra en Mac es que puedes definir idiomas por aplicación. Ve a Ajustes del Sistema > General > Idioma y región > Aplicaciones, pulsa el botón +, selecciona la app y el idioma que quieres asociar. Perfecto si, por ejemplo, prefieres mantener una herramienta concreta en inglés mientras el resto del sistema está en español.
Consejos clave y dudas frecuentes
Aunque cambies el idioma del sistema, recuerda que muchas aplicaciones, navegadores incluidos, conservan su propia configuración; cuando instales software nuevo, lee el asistente y elige el idioma preferido si te lo ofrece. Además, ten en cuenta que no todas las combinaciones de idioma integran las mismas capacidades, por lo que funciones como el dictado, la síntesis de voz o el reconocimiento de voz pueden no estar disponibles en determinados paquetes; si necesitas esas opciones, revisa los iconos de compatibilidad antes de instalar.
¿Y si eliges sin querer un idioma que no dominas y no sabes volver atrás? La cámara de Google Translate es tu aliada: apunta a los menús de Configuración o Ajustes y te guiará lo suficiente para restaurar tu idioma habitual. En Windows, si tras aplicar el cambio y reiniciar no se conserva, asegúrate de que la instalación está al día desde Windows Update e inténtalo de nuevo.
Finalmente, un apunte de compatibilidad: esta guía cubre Windows 10/11 y macOS Ventura (y anteriores con los nombres de menú equivalentes). En ediciones más antiguas de Windows los pasos varían, por lo que lo recomendable es actualizar cuando sea posible para beneficiarte de un proceso más directo y de mejores paquetes de idioma.
Con estos pasos ya puedes alternar idiomas como quien cambia de perfil en su app favorita, aprovechando lo mejor de cada ecosistema sin perderte en la traducción. ¿Listo para poner tu equipo exactamente en el idioma que te habla a ti?