¿Te va a tirones ese juego recién instalado pese a tener un procesador potente y un buen puñado de RAM? Si al subir los gráficos aparecen texturas que cargan a trompicones y la experiencia se vuelve irregular, es muy posible que el cuello de botella no sea la CPU ni la memoria del sistema, sino la VRAM de tu tarjeta gráfica. En Windows 11 puedes comprobar cuánta memoria de vídeo tienes de forma nativa y en segundos, lo que te ayudará a entender si tu GPU está lista para la batalla o si conviene ajustar expectativas.

Qué es la VRAM y por qué importa

La VRAM (Video RAM) es la memoria dedicada que utiliza la GPU para procesar y almacenar datos visuales; en otras palabras, es el espacio de trabajo donde se cargan texturas, buffers y todos esos elementos que permiten dibujar en pantalla de manera fluida. Cuando juegas, editas vídeo en 4K o trabajas con modelos 3D, la cantidad de VRAM disponible influye directamente en la nitidez de las texturas, en la estabilidad de los fotogramas y en lo rápido que se previsualiza el contenido, por lo que si se agota, el sistema empieza a ir a tirones y los tiempos de carga visual se alargan.

Esto explica por qué un equipo con mucha RAM y un procesador moderno puede «atragantarse» si la VRAM es limitada: la memoria del sistema no sustituye a la de vídeo, ya que la GPU necesita su propio espacio dedicado. De hecho, es habitual que un ajuste tan concreto como el nivel de detalle de las texturas consuma buena parte de la VRAM, y ahí es donde marcar la diferencia entre jugar con fluidez o pelearte con parones. Da igual que uses una NVIDIA GeForce o una AMD Radeon: el comportamiento es el mismo porque el cuello de botella está en la memoria gráfica y en cómo las aplicaciones, a través de APIs como DirectX, gestionan esos recursos.

Método 1: desde Configuración de Windows 11

Windows 11 ofrece un atajo claro desde su panel de ajustes para ver la VRAM que reporta tu adaptador de pantalla principal. Sigue estos pasos:

  • Haz clic derecho en el botón Inicio de la barra de tareas y abre «Configuración».
  • Entra en «Sistema» y después en «Pantalla».
  • En el apartado de la pantalla interna, pulsa «Propiedades del adaptador de pantalla para la pantalla 1».
  • Se abrirá una ventana con la información del adaptador; en la sección de información verás la memoria dedicada, es decir, la VRAM disponible.

Este método es perfecto si quieres una lectura rápida directamente desde la propia interfaz del sistema, sin instalar nada ni rebuscar en menús avanzados. Además, al estar integrado en el apartado de Pantalla, resulta muy cómodo cuando estás ajustando la resolución o el escalado y quieres comprobar, sobre la marcha, si la cantidad de memoria de vídeo encaja con el perfil gráfico que piensas utilizar. ¿Ves un valor de VRAM que te parece corto para tus objetivos? Entonces ya sabes que conviene moderar las opciones más voraces en memoria, empezando por texturas y filtros.

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Método 2: con la herramienta de diagnóstico de DirectX (DxDiag)

Otro camino igual de fiable es DxDiag, la herramienta de diagnóstico de DirectX que incluye Windows. En cuestión de segundos te muestra la memoria de pantalla que maneja tu GPU:

  • Presiona Windows + R, escribe «dxdiag» y pulsa Enter.
  • En la ventana que aparece, cambia a la pestaña «Pantalla».
  • Localiza el dato «Memoria de pantalla (VRAM)» para ver cuánto tiene asignado tu adaptador gráfico.

DxDiag es especialmente útil si quieres una visión sintética del hardware gráfico y del entorno de ejecución basado en DirectX, todo en un mismo lugar. Una vez conoces el valor, puedes tomar decisiones informadas: si los juegos presentan tirones o las previsualizaciones del editor de vídeo se traban, quizá estás al límite de tu VRAM; en ese caso, reducir el nivel de texturas, bajar la resolución de los clips con los que trabajas en edición o, si procede, plantearte una GPU con más memoria resultan medidas sensatas.

En definitiva, comprobar cuánta VRAM tienes no es solo un gesto curioso para fanáticos de las especificaciones; es una herramienta de diagnóstico clave para evitar decepciones y ajustar tu experiencia. Con los dos métodos nativos de Windows 11 —Configuración y DxDiag— podrás saber al instante si tu tarjeta está preparada para lo que le pides y actuar en consecuencia: bajar algunos parámetros gráficos, organizar mejor las cargas de trabajo o, cuando toque, dar el salto a una gráfica con más memoria de vídeo. Tu PC (y tus fotogramas por segundo) te lo agradecerán.

Edu Diaz
Edu Diaz

Cofundador de Actualapp y apasionado de la innovación tecnológica. Licenciado en historia y programador de profesión, combino el rigor académico con el entusiasmo por las últimas tendencias tecnológicas. Desde hace más de diez años, soy redactor de blogs de tecnología y mi objetivo es ofrecer contenido relevante y actualizado sobre todo este mundo, con un enfoque claro y accesible para todos los lectores. Además de mi pasión por la tecnología, disfruto de las series de televisión y me encanta compartir mis opiniones y recomendaciones. Y, por supuesto, tengo opiniones firmes sobre la pizza: definitivamente, sin piña. Únete a mí en este viaje para explorar el fascinante mundo de la tecnología y sus múltiples aplicaciones en nuestra vida cotidiana.