Si en 2025 te apetece un Android premium sin plegarte a los plegables, seguramente acabarás mirando dos opciones muy claras: el Nothing Phone 3 y el Samsung Galaxy S25. Ambos parten de un precio similar, puedes encontrar el Nothing Phone 3 por 799 euros y el Galaxy S25 por 690 euros en Amazon. Los dos montan procesadores Snapdragon, presumen de paneles AMOLED a 120 Hz y cámaras solventes; sin embargo, su personalidad no podría ser más distinta, ya que uno apuesta por el carisma y el hardware rápido, mientras el otro seduce con software pulido y valor a largo plazo. ¿Cuál encaja mejor en tu bolsillo y en tu forma de usar el móvil?

Diseño y pantalla: personalidad frente a refinamiento

Samsung sigue afinando su estética minimalista en el Galaxy S25, con un cuerpo sobrio y práctico que transmite solidez desde el primer toque: cristal Corning Gorilla Glass Victus 2, marco de Armour Aluminium, grosor muy contenido de 7,2 mm e IP68 contra agua y polvo. El resultado es un teléfono ligero, bien rematado y pensado para durar sin llamar la atención.

Nothing, por su parte, se inclina sin complejos por un look que gira cabezas. El Nothing Phone 3 luce trasera transparente, un sistema Glyph ampliado con nada menos que 489 LED personalizables y un nuevo Shortcut Key para lanzar acciones al vuelo. También presume de marco de aluminio e IP68, pero con un acabado algo más grueso y táctil que aporta ese extra de agarre. Si te va el rollo maker tipo Raspberry Pi o eres fan de los teclados mecánicos RGB, este lenguaje visual te va a conquistar.

En pantalla, ambos comparten la receta base ganadora: AMOLED a 120 Hz y soporte HDR10+. El Galaxy S25 añade tecnología LTPO para bajar hasta 1 Hz cuando no hace falta más, lo que ahorra batería y ayuda a su excelente visibilidad exterior, con picos de brillo de hasta 2.600 nits. El Nothing Phone 3 contraataca con 6,7 pulgadas, 2.160 Hz de atenuación PWM para cuidar la vista y un pico declarado de 4.500 nits. Aunque sobre el papel Nothing marca un máximo de brillo superior, el conjunto del S25 se siente más eficiente y equilibrado en el día a día gracias al LTPO y al mimo de Samsung con el panel. Punto para Samsung en la experiencia global.

Rendimiento y cámaras: músculo sostenido y fotografía computacional

En potencia bruta, el Galaxy S25 llega muy bien armado con el Snapdragon 8 Elite for Galaxy, memoria LPDDR5X y una cámara de vapor mejorada para disipar mejor el calor. Según la región, parte de 8 o 12 GB de RAM. El resultado es un rendimiento de primer nivel que se mantiene estable cuando le pisas fuerte, algo que además se ve reforzado por el afinado de One UI 7.1. De hecho, las pruebas sintéticas suelen apuntar a una fluidez más estable a la larga.

El Nothing Phone 3 monta el Snapdragon 8s Gen 4 con RAM LPDDR5 y puede escalar hasta 16 GB en su modelo superior. En uso real se mueve con una rapidez que invita a encadenar apps, juegos y multitarea sin pestañear, pero cuando el estrés se prolonga, el S25 acostumbra a sostener mejor el tipo. No estamos ante diferencias gigantes, pero si vas a «compilar» sesiones intensas a diario, el chip de Samsung y su gestión térmica marcan una ligera distancia.

galaxy s25

Las cámaras sí trazan una separación más clara. El Galaxy S25 propone un trío versátil: principal de 50 MP, ultra gran angular de 12 MP y teleobjetivo 3x de 10 MP. A ello suma funciones de fotografía computacional impulsadas por Galaxy AI y Google Gemini Nano, con Nightography mejorada y grabación de vídeo hasta 8K. El Nothing Phone 3 opta por una configuración dual de 50 MP (principal + ultra gran angular) y un frontal de 50 MP que luce en selfies y vídeo hasta 4K a 60 fps; además, ofrece zoom óptico 3x, estabilización de vídeo mejorada y una app de cámara más limpia. Aun así, la mayor variedad de lentes y el empuje de la IA hacen que el S25 se lleve el gato al agua, sobre todo si te importan el zoom y las escenas nocturnas.

Batería, software y el veredicto final

En autonomía y carga, los caminos se cruzan. El Galaxy S25 equipa 4.000 mAh con carga rápida de 25 W, mientras que el Nothing Phone 3 saca músculo con una batería de 5.150 mAh de tecnología de silicio-carbono, carga por cable de 65 W y carga inversa de 7,5 W. Sobre el papel, Nothing ofrece más capacidad y mucha más velocidad de recarga, un combo muy práctico si vives a tope entre mapas, música, cámara y juegos. En la práctica, Samsung suele rascar algo más de tiempo de uso gracias a la eficiencia del panel LTPO y a su gestión de energía en One UI. Aun así, si miramos solo números, el punto es para Nothing.

El software y la IA son terreno especialmente favorable a Samsung. El Galaxy S25 llega con One UI 7.1 sobre Android 15 y ofrece siete años de actualizaciones de sistema y seguridad, un ciclo largo que, en la vida real, significa tranquilidad. Además, integra funciones con Gemini Nano como Edición Generativa, Círculo para buscar, Traducción en tiempo real y sugerencias inteligentes con foco en batería. Nothing OS 3.5, por su lado, mantiene la casa ordenada: es limpio, ligero y con extras útiles como Smart Widgets, controles avanzados de Glyph y casi nada de bloatware. En soporte, promete cinco años de actualizaciones del sistema y siete de parches de seguridad. Aquí, la victoria de Samsung es clara por longevidad y profundidad de funciones de IA.

Entonces, ¿con cuál te quedas? Si te atrae un diseño que no se parece a nada, quieres cargas ultrarrápidas y prefieres una experiencia de Android limpia, el Nothing Phone 3 es un soplo de aire fresco entre los buques insignia. En cambio, si priorizas versatilidad de cámaras, funciones de IA y un compromiso de actualizaciones que aguante años, el Samsung Galaxy S25 es el paquete más redondo. En otras palabras, Nothing pone la chispa y Samsung el camino largo; dos filosofías que, como un buen «line clear» de Tetris, pueden ser igual de satisfactorias según tu estrategia de juego.

Edu Diaz
Edu Diaz

Cofundador de Actualapp y apasionado de la innovación tecnológica. Licenciado en historia y programador de profesión, combino el rigor académico con el entusiasmo por las últimas tendencias tecnológicas. Desde hace más de diez años, soy redactor de blogs de tecnología y mi objetivo es ofrecer contenido relevante y actualizado sobre todo este mundo, con un enfoque claro y accesible para todos los lectores. Además de mi pasión por la tecnología, disfruto de las series de televisión y me encanta compartir mis opiniones y recomendaciones. Y, por supuesto, tengo opiniones firmes sobre la pizza: definitivamente, sin piña. Únete a mí en este viaje para explorar el fascinante mundo de la tecnología y sus múltiples aplicaciones en nuestra vida cotidiana.