Las pantallas táctiles son nuestro portal al mundo digital, pero también imanes de huellas, polvo y microgotas del día a día. La buena noticia es que devolverles el brillo original es fácil si eliges bien los productos y sigues una rutina segura. ¿Quieres dejarla como nueva sin jugarte la pantalla ni sus recubrimientos? Aquí tienes la guía práctica definitiva, basada en métodos probados y compatibles con móviles, tablets y monitores táctiles, además de apta para cualquier ecosistema, ya uses un dock USB-C en el portátil o vivas con la tablet pegada al sofá. Recuerda que si quieres hacer una buena limpieza de tu Macbook, hace poco os hicimos un tutorial.
Preparación y limpieza básica: menos es más
Antes de cualquier limpieza, apaga el dispositivo por completo y desconecta cables, cargadores y dongles. Así reduces riesgos eléctricos y evitas toques fantasma mientras limpias. El paso esencial es un paño de microfibra seco, del tipo que usarías para gafas: pasa la superficie con movimientos suaves y circulares, sin presionar, para arrastrar polvo y huellas sin rayar.
Si ves zonas rebeldes, humedece ligeramente la microfibra con agua (bien escurrida, debe quedar húmeda, no mojada) y repasa solo las áreas problemáticas; después, seca con otra parte del paño o deja que el panel se airee unos segundos. Cuando haga falta un plus de poder, un par de gotas de jabón suave para platos en el paño pueden ayudar a desincrustar suciedad, siempre con toques delicados.
También funcionan muy bien las toallitas prehumedecidas para lentes o las específicas para electrónica, diseñadas para superficies delicadas. Si optas por un spray limpiador de pantallas, pulveriza siempre sobre la microfibra, nunca directamente sobre el cristal. Un consejo del servicio técnico Mobile Kangaroo: una toallita de limpieza de lentes suele ser suficiente; si no tienes, pon unas gotas de alcohol isopropílico en una microfibra, limpia con suavidad y seca con un paño limpio.
Desinfectar sin riesgos: el protocolo correcto
Limpiar no es lo mismo que desinfectar; lo primero quita manchas y polvo, lo segundo busca eliminar bacterias y virus. Para desinfectar, vuelve a apagar y desconectar el dispositivo y utiliza toallitas compatibles con pantallas: las de alcohol isopropílico al 70%, etílico al 75% o las Clorox Disinfecting Wipes se consideran seguras para la mayoría de superficies táctiles. Pasa la toallita sin empaparlas y sin que el líquido entre en puertos, rejillas de altavoz o ranuras.
Si prefieres productos pensados específicamente para estos usos, existen muchas opciones de paños específicos para pantallas. Elijas la que elijas, la clave es la aplicación: nada de escurrir líquido sobre la pantalla; mantén la toallita humedecida, no chorreante, y haz pasadas suaves de borde a borde.
¿Necesitas una solución de emergencia? Puedes preparar un spray casero mezclando a partes iguales alcohol isopropílico al 70% y agua destilada; agita y, muy importante, rocía la mezcla sobre un paño sin pelusa, no sobre el dispositivo. Limpia la pantalla y deja secar al aire unos instantes. Evita usar alcohol puro o concentraciones más altas de las indicadas, ya que con el tiempo pueden afectar a los recubrimientos del panel. Este enfoque te permite desinfectar con eficacia sin renunciar a la seguridad de tu equipo, ya sea tu smartphone de batalla o la tablet que usas para manejar tu domótica como si fuera una Raspberry Pi con esteroides.
Qué evitar y trucos pro para mantenerla impecable
Los líquidos y la electrónica no son amigos, incluso si tu dispositivo presume de resistencia al agua. Nunca sumerjas la pantalla en soluciones de limpieza ni pulverices fluidos directamente sobre el cristal. Si utilizas un paño húmedo, escúrrelo a conciencia y extrema la precaución cerca de altavoces, micrófonos, bandejas SIM y puertos. Del mismo modo, no presiones fuerte al limpiar: apretar puede dañar el panel o provocar microfisuras.
Aléjate de limpiadores con lejía, amoníaco, peróxido de hidrógeno o alcohol en concentraciones altas (por encima del 70% en isopropílico o del 75% en etílico), ya que pueden deteriorar la superficie. Tampoco uses papel de cocina, toallitas abrasivas ni estropajos, porque pueden dejar microarañazos; apuesta siempre por microfibra o toallitas para lentes/electrónica.
Para un mantenimiento top, un protector de pantalla añadirá una capa de seguridad frente a rayones y facilitará la limpieza diaria, mientras que un stylus reduce las marcas de dedos y mantiene el panel más limpio entre repasos. Si no tienes una microfibra a mano, una esquina de una camiseta de algodón limpia puede sacarte del apuro de forma puntual. Y antes de probar cualquier método, revisa el manual de tu dispositivo o la web del fabricante por si hubiera indicaciones específicas para tu modelo. Con estas pautas, tendrás una rutina que cuida tu pantalla y prolonga su vida útil, a la vez que mantienes ese aspecto «recién salido de la caja» que tanto nos gusta a los que mimamos nuestro setup.