Ibai lo ha vuelto a hacer: en vez de comprar un club ya hecho, ha arrancado desde cero su propio equipo, Ronin FC, con base en Rubí y debut previsto en la Cuarta Catalana, la categoría más baja del fútbol federado en Cataluña. La pregunta que todos nos hacemos es obvia y deliciosa para cualquier fan del deporte y la tecnología: ¿podría este proyecto escalar hasta la élite y terminar midiéndose al FC Barcelona o al Real Madrid? La respuesta corta es que sí, porque el camino existe y es el mismo que para cualquier entidad recién creada; la larga, además, está llena de matices, ascensos encadenados y una buena dosis de paciencia, como cuando intentas hacer un speedrun del modo Carrera de EA Sports FC y cada temporada cuenta.
Desde cero: así nace Ronin FC
El movimiento de Ibai tiene una filosofía clara: ser el único inversor, evitar marcas tras el telón y no «comprar historia» adquiriendo una plaza en Tercera o Segunda RFEF, lo que habría chocado con el legado de clubes con 80, 90 o 100 años a sus espaldas. En su lugar, ha decidido levantar un club de la nada, competir donde toca y recorrer el mapa casilla a casilla, empezando en la Cuarta Catalana. Ese enfoque, humilde y a la vez ambicioso, encaja con su perfil de creador que construye comunidad y proyectos desde el suelo, muy en la línea de lo que hemos visto crecer en Twitch: primero la idea, luego el equipo, y por último el escenario grande.
Ronin FC jugará en Rubí, en territorio catalán, y por tanto se integra en las ligas de Cataluña. En este punto inicial, el impacto mediático será descomunal, lo que probablemente atraerá jugadores con un nivel por encima de la categoría, aunque conviene recordar que la realidad de la Cuarta Catalana es muy terrenal: aquí te apuntas pagando la ficha y no hay sueldos, y además son divisiones intensas donde se compite de forma cruda. Ahora mismo, el club está formando la mitad de la plantilla y busca entrenador, una señal de que todo se está construyendo pieza a pieza con los tiempos que marca un proyecto que arranca literalmente de cero.
El camino deportivo: 9 ascensos hasta la élite
Para llegar a Primera División hay que superar nueve peldaños consecutivos, sin atajos ni trucos. Si, como está previsto, Ronin FC inicia en la temporada 2025-26, la ruta teórica para tocar la cima del fútbol español sería la siguiente, escalón a escalón:
- Cuarta Catalana
- Tercera Catalana
- Segunda Catalana
- Primera Catalana
- Lliga Elit
- Tercera RFEF
- Segunda RFEF
- Primera RFEF
- Segunda División (fútbol profesional), y después el salto a Primera
Esto quiere decir que, si el equipo encadena un ascenso por temporada sin fallar ninguno —un auténtico cohete competitivo—, el acceso a la máxima categoría llegaría en la 2033-34, debutando en Primera en la 2034-35. Puede parecer lejano, pero puesto en contexto es una ventana relativamente razonable para un club nacido en 2025: para entonces, incluso un talento precoz como Lamine Yamal todavía no habrá cumplido 30 años. Evidentemente, la realidad del fútbol es menos lineal que una progresión sobre el papel: hay temporadas que se tuercen, categorías que exigen recomponerse y rivales que también quieren subir, sin olvidar que a partir de Segunda División el ecosistema ya es plenamente profesional y la exigencia competitiva se dispara.
La clave, por tanto, estaría en consolidarse a medida que se asciende, afinando plantilla y estructura deportiva en cada salto. El impacto mediático de Ibai, que pondrá focos y audiencia partido a partido, puede ayudar a captar talento y recursos, pero el césped manda y las reglas son idénticas para todos. ¿Veremos un ascenso exprés continuo durante casi una década? Posible es; probable, como siempre en el fútbol, es otra historia. Lo que sí está claro es que el plan de carretera está definido y que cada temporada abre una casilla nueva en el tablero.
Fechas, expectativas y un objetivo realista
Dicho todo esto, conviene ajustar el hype: el atractivo del proyecto no debería medirse únicamente por llegar o no a Primera, porque el valor de haber creado un club desde la última categoría también reside en respetar los tiempos, construir identidad y crecer de manera sostenible. En el corto y medio plazo, un hito que suena especialmente ilusionante es alcanzar la Copa del Rey y emparejarse con un Primera en una ronda mágica; para un club que nace ahora, vivir una noche así ya sería inolvidable para su comunidad.
En paralelo, el nombre del equipo —Ronin FC, con guiño nipón— ha generado debate en redes, como era de esperar en la era digital, con voces pidiendo una denominación más local. Sin embargo, el fútbol siempre ha convivido con identidades diversas, y aquí la esencia no cambia: es un club catalán que competirá en Cataluña, con sede en Rubí y con la ambición de crecer paso a paso. Además, que el único inversor sea su propio creador aporta coherencia y control sobre el rumbo del proyecto, algo vital en fases tan tempranas, casi como lanzar una app en beta cerrada antes de escalar a producción.
En resumen, Ronin FC nace con una ruta clara, un calendario posible —2025-26 el inicio y, en el escenario más optimista, 2034-35 para el estreno en Primera— y una narrativa que engancha por su autenticidad. Si te apasiona seguir historias donde la comunidad empuja y cada fin de semana cuenta, este club te va a dar muchas tardes de directo, discusión y aprendizaje. Ahora bien, el primer partido también será el más importante, porque validará ese mix único de ambición, trabajo y paciencia. ¿Listo para seguir este viaje temporada a temporada?