Grabar la pantalla en Windows 11 es una de esas cosas que, tarde o temprano, acabas necesitando: para enseñar un fallo, preparar un tutorial rápido, guardar una videollamada o documentar un proceso paso a paso. La buena noticia es que no hace falta instalar nada para empezar, porque el propio sistema incluye herramientas bastante capaces; la aún mejor es que, si te quedas corto, también hay alternativas más potentes.
En esta guía, que viene precedida por otras que hemos hecho estos días sobre quitar el pin de login o los códigos gratuitos, reunimos las opciones más prácticas para capturar vídeo de tu escritorio en Windows 11: desde Recortes (Snipping Tool) y la Xbox Game Bar, hasta el grabador integrado en Microsoft PowerPoint y algunas apps o extensiones de terceros. ¿Cuál conviene más? Depende de si quieres algo rápido, si necesitas audio, o si buscas controles extra.
Recortes (Snipping Tool): la vía más directa
Recortes viene incluida en Windows (y también se puede descargar desde Microsoft Store), y en Windows 11 se ha convertido en una opción muy cómoda para grabaciones rápidas. Puedes abrirla desde el menú Inicio buscando “Recortes”, o tirar del atajo Windows + Shift + S para invocarla de forma inmediata. Una vez dentro, el flujo es sencillo y está pensado para no perder tiempo: eliges el modo de grabación, seleccionas el área y empiezas.
Para grabar, pulsa el botón de Grabación en la parte superior y después + Nuevo (también sirve Ctrl + N). En ese momento verás el cursor en forma de cruz: haz clic y arrastra para delimitar el área que quieres capturar, pudiendo abarcar desde una ventana concreta hasta prácticamente toda la pantalla si encuadras bien la selección.
El apartado del audio es especialmente interesante, porque la herramienta ha ido madurando y ya permite ajustar qué se escucha en el vídeo. Por un lado, puedes activar la entrada de micrófono desde el icono correspondiente y elegir qué micrófono usar (Windows podría pedir permisos). Por otro, puedes activar o desactivar el audio del sistema con el icono de pantalla y altavoz, lo que viene genial si vas a grabar el sonido de una app o de una reproducción.
Cuando lo tengas listo, pulsa Iniciar: verás una cuenta atrás de 3 segundos y comenzará la grabación. Al terminar, puedes detener (con opción de pausar y reanudar) y se abrirá una vista previa desde la que es posible guardar, copiar el clip al portapapeles o incluso mandarlo a edición en Clipchamp si quieres un retoque rápido. Ten en cuenta que Recortes guarda en MP4, y que si necesitas otro formato tendrás que convertirlo con una herramienta aparte como VLC Media Player o HandBrake. Por defecto, los vídeos se almacenan en C:\Users\USERNAME\Videos\Screen Recordings.
Xbox Game Bar: el clásico para capturar en segundos
La Xbox Game Bar está pensada para juegos, sí, pero también funciona como un grabador rápido para muchas situaciones cotidianas. Se abre con Windows + G (o buscando “xbox game bar” en Inicio) y muestra varios widgets flotantes. Si no aparece el módulo de captura, basta con pulsar el icono de cámara para mostrarlo.
Antes de grabar, conviene echar un vistazo al sonido, porque aquí tienes más control de mezcla. Desde el widget de Audio (icono de altavoz en la barra superior si no lo ves), en la pestaña Mix puedes equilibrar el volumen de las aplicaciones que estén sonando durante la captura, y en Voice ajustar opciones de comunicación, como el micrófono de entrada y su volumen. En el propio widget de captura también puedes activar o desactivar el micrófono con su icono, ideal para narrar o para grabar sin ruido de fondo cuando solo quieres el audio del sistema.
Para empezar, pulsa el botón de Grabar del widget de captura. Mientras grabas, aparece una barra pequeña en la esquina superior derecha con el control de detener; también puedes abrir de nuevo la Game Bar con Windows + G y parar desde el widget. Al finalizar, entra en See my captures para ver la galería, reproducir el vídeo, abrir su ubicación en el Explorador de archivos o eliminarlo. Es el típico método “modo piloto automático”: rápido, sin menús de más y perfecto cuando te piden “mándame un vídeo de lo que te pasa” y no quieres ponerte a instalar nada.

PowerPoint y alternativas: cuando necesitas algo más
Si ya trabajas con Microsoft PowerPoint, quizá te sorprenda que incluye una función de grabación de pantalla integrada, pensada para insertar vídeos en una diapositiva, pero igualmente útil si luego quieres guardar el archivo como vídeo independiente. El proceso empieza yendo a la diapositiva donde quieras insertar la captura, abriendo la pestaña Insertar y eligiendo Grabación de pantalla. Aparecerá un pequeño panel de control en la parte superior.
Desde ese panel, pulsa Seleccionar área y delimita la zona con el cursor. PowerPoint incluso marca un mínimo de selección (64×64 píxeles) y ofrece un atajo para pantalla completa: Windows + Shift + F. Antes de grabar, puedes decidir si quieres audio del sistema activándolo o desactivándolo desde “Audio”, y también si se va a grabar el puntero del ratón con la opción “Record Pointer”, algo especialmente útil en tutoriales donde el cursor guía la explicación.
Al pulsar Grabar comienzas la captura, con controles de pausa y detención en el mismo panel (si desaparece, basta con subir el cursor a la parte superior para recuperarlo). Cuando termines, el vídeo queda incrustado en la diapositiva y, haciendo clic derecho sobre él, podrás ajustar cómo se inicia, cambiar el estilo, recortar la duración o usar Save Media As para guardarlo como un archivo separado. Es una opción muy práctica en entornos de trabajo, donde PowerPoint ya suele estar instalado y, curiosamente, termina siendo una navaja suiza más de las que no se presumen en la oficina.
Y si lo que buscas son funciones extra (escenas, más control, diferentes flujos), entran en juego las herramientas externas. Entre las opciones gratuitas más conocidas se mencionan OBS Studio, ScreenRec y ShareX. Además, si tu objetivo es capturar solo lo que ocurre en una pestaña del navegador, las extensiones pueden ser una solución muy cómoda: algunas son gratis y otras desbloquean funciones con suscripción. En esta categoría aparecen Screencastify (Edge), Awesome Screenshot & Screen Recorder (Firefox) y Loom (Chrome). Al final, es el típico dilema geek: simplicidad frente a control; y sí, todos hemos caído alguna vez en “solo iba a grabar 30 segundos” y acabamos ajustando mil opciones.
Si buscas atajos, Windows 11 también ofrece combinaciones útiles: puedes lanzar el flujo de grabación tras seleccionar un área con Windows + Shift + R, y en el caso de la Xbox Game Bar iniciar o detener la grabación con Windows + Alt + R.
Por último, si algo falla, conviene recordar tres causas habituales. La primera es el DRM: si intentas grabar contenido protegido (por ejemplo, una película en un servicio de streaming), podrías obtener una pantalla en negro o un vídeo sin sonido. La segunda tiene que ver con drivers desactualizados, especialmente los de la GPU. Y la tercera, muy típica al capturar desde navegador, son los problemas con la aceleración por hardware, que a veces obliga a desactivarla para que la grabación salga correctamente. Si el problema es el audio, revisa que la app esté configurada para capturar sonido del sistema y que el micrófono elegido sea el correcto.

