Seguro que te ha pasado: el móvil suena, atiendes por inercia y a los dos minutos te preguntas cómo colgar sin parecer grosero. ¿Quién no ha soñado con un atajo tipo Ctrl+Z para deshacer una llamada en tiempo real? Tranquilidad, porque hay fórmulas simples, probadas y con trasfondo de sentido común para cortar a tiempo y sin dramas, combinando excusas situacionales con recursos del propio teléfono, además de unas pinceladas de señorío que te salvarán la reputación. La clave está en ser breve, creíble y, sobre todo, cumplir cuando prometas devolver la llamada.

Excusas situacionales que funcionan sin drama

Las excusas más naturales suelen apoyarse en el contexto inmediato. Una de las más eficaces es «me llaman a la puerta» o «están tocando el timbre», porque no requiere explicación y justifica colgar rápido; si quieres reforzarla, puedes generar un pequeño ruido distante como si abrieras o cerraras una puerta. En la misma línea, funciona decir con franqueza que no es buen momento: estás en plena limpieza, haciendo la compra o cocinando y prefieres retomar la conversación más tarde.

Si estás cerca de una comida, decir que vas a comer o que tienes el plato en la mesa suena coherente y socialmente aceptado, y aun más si añades que estás con gente y no quieres ser descortés. Otro clásico, especialmente verosímil según la hora, es alegar sueño: que te acabas de despertar de una siesta o que ya te vas a la cama, y que hablarás cuando estés más despejado.

También puedes apelar a una preparación inminente: «tengo una reunión en diez minutos y necesito organizarme». Anclarlo a una hora concreta le da credibilidad, sobre todo en horario laboral. Cuando toca ser expeditivo, el modo «voy con prisa» corta de raíz: has recordado que debes recoger algo antes de que cierre o que tienes que salir ya, así que lo mejor es dejarlo para luego. Para emergencias fisiológicas, pocas cosas frenan tan rápido como decir que tienes que ir al baño; es directa, corta y nadie suele insistir.

Importante: si mencionas una urgencia de verdad (un problema serio o una emergencia familiar), úsala solo como último recurso y nunca con personas a las que puedas herir con ese tipo de excusas. Y en todos los casos, si prometes devolver la llamada, hazlo; tu credibilidad depende de ello.

Recursos tech: del modo avión a la mala cobertura

Tu smartphone también puede darte una salida elegante. La excusa de «tengo otra llamada en la otra línea» es breve y eficaz; colgar con un «luego te llamo» suena natural porque la llamada en espera es algo que todos entendemos. Incluso, si tienes un teléfono fijo cerca, subir el volumen del timbre para que se escuche de fondo refuerza que realmente te están llamando y justifica el corte.

excusas para colgar

La batería baja es otro comodín imbatible: «me queda 1% y no puedo enchufar ahora» sirve para colgar de inmediato. Si quieres mantener la coherencia, apaga el teléfono o activa el modo avión unos minutos, de modo que si te devuelven la llamada parezca que efectivamente se quedó sin batería. En escenarios con cobertura inestable, la carta de «no te oigo bien» funciona especialmente bien; puedes cortar con un «estoy perdiendo la señal, te llamo cuando tenga mejor servicio» y listo. Si te apetece teatralizar un poco, un «¿hola?, ¿me oyes?» intercalado con silencios deja claro el problema sin entrar en más explicaciones.

Otra variante es culpar al propio audio: «mi móvil suena raro y apenas te escucho; ¿te llamo luego cuando lo revise?». Es una forma educada de terminar sin cerrar la puerta a una conversación posterior y, de hecho, te deja margen para comprobar auriculares o Bluetooth más tarde, como harías si tus cascos se portan caprichosos. Y un recordatorio útil para el día a día: si el número es desconocido y no esperas nada importante, no tienes por qué contestar; para algo existe el buzón de voz y, en llamadas importantes, la gente suele dejar mensaje o escribir por otro canal.

Buenos modales digitales: promesas, límites y buen rollo

Las excusas anteriores funcionan mejor si las acompañas de buenas prácticas. La primera es obvia pero poderosa: si dices «te llamo luego», cumple. Construyes una reputación de persona fiable, y eso te da margen en futuras ocasiones para cortar breve sin que nadie se moleste. En cambio, con llamadas que no aportan (como las de telemarketing), colgar sin más es perfectamente válido.

Otro principio clave es anticiparte: si sabes que no quieres hablar, no contestes en primer lugar, así evitas tener que improvisar. Y cuida a los tuyos; las «mentiras piadosas» repetidas pueden erosionar relaciones, por lo que conviene optar por frases neutras y honestas del tipo «ahora no me va bien, te llamo después», sin adornos ni historias innecesarias. Al final, se trata de equilibrar el deseo de desconexión con el respeto al otro; con un par de excusas situacionales, un par de trucos del móvil —sí, el famoso modo avión tiene su momento— y un toque de educación, saldrás de casi cualquier llamada con la misma elegancia con la que desbloqueas tu smartphone.

Edu Diaz
Edu Diaz

Cofundador de Actualapp y apasionado de la innovación tecnológica. Licenciado en historia y programador de profesión, combino el rigor académico con el entusiasmo por las últimas tendencias tecnológicas. Desde hace más de diez años, soy redactor de blogs de tecnología y mi objetivo es ofrecer contenido relevante y actualizado sobre todo este mundo, con un enfoque claro y accesible para todos los lectores. Además de mi pasión por la tecnología, disfruto de las series de televisión y me encanta compartir mis opiniones y recomendaciones. Y, por supuesto, tengo opiniones firmes sobre la pizza: definitivamente, sin piña. Únete a mí en este viaje para explorar el fascinante mundo de la tecnología y sus múltiples aplicaciones en nuestra vida cotidiana.