¿Tu móvil solo carga si doblas el cable en el ángulo justo? Tranquilidad, porque no estás solo y hay mucho que puedes probar antes de rendirte. En esta guía te contamos cómo diagnosticar el fallo y qué opciones tienes para devolver a la vida tu cargador, tanto si usas Android como iPhone, ya conectes por USB-C o por Lightning. Además, iremos de menos a más, como cuando depuras cualquier circuito: primero aislamos la avería, luego limpiamos y, si hace falta, pasamos a reparaciones más avanzadas. ¿Listo para recuperar esos preciados vatios?

Diagnostica el problema paso a paso

Antes de lanzarte a arreglar nada, conviene identificar qué pieza falla: el enchufe, el adaptador de corriente, el cable o el propio puerto del móvil. Empieza por lo básico y observa si el cable muestra daños visibles, como cortes, pelado del aislante o zonas donde, al moverlo, la carga se interrumpe; si ocurre, probablemente haya un cobre partido en el interior.

Verifica que estás usando el cargador adecuado para tu dispositivo: a veces conectamos un cable que “se parece” pero no es compatible, y así no cargará nunca. Después, comprueba el punto de energía: puede que el enchufe esté controlado por un interruptor de pared. Enchufa una lámpara, enciéndela y acciona el interruptor; si la luz se apaga y enciende, ya sabes que ese enchufe depende de ese control. Si usas una regleta, confirma que su interruptor está activado. Y si sospechas del circuito, revisa el cuadro eléctrico por si un magnetotérmico se hubiese disparado; restablécelo si procede y prueba otro enchufe por si el primero ha dicho basta.

Ahora, aísla componentes: prueba el mismo cable con otro adaptador de pared que sepas que funciona, o conecta tu cable a una toma con USB integrado. Si el móvil carga con otro cable pero no con el tuyo, ya lo tienes: el problema está en el cable original. Algunos adaptadores, como los de Mac o iPhone, incluyen indicadores LED; si se iluminan, reciben energía y puedes centrarte en el cable o en el teléfono.

¿Tienes un multímetro? Te ayudará a confirmar. Mide el voltaje del enchufe para comprobar que entrega corriente. Luego evalúa el cable con continuidad (Ω): si al tocar el mismo pin a ambos lados obtienes 0 ohmios, ese tramo está bien; si marca infinito, el cable está cortado. Por último, coloca las puntas en los contactos del puerto USB del adaptador conectado a la pared; si no obtienes lectura, ese adaptador está para cambiar.

Limpia, reinicia y prueba combinaciones

Una causa típica —y traicionera— es la suciedad acumulada. Tanto en Android como en iPhone, una mota de pelusa en el puerto de carga puede bloquear el contacto. Desconecta todo y limpia el puerto con aire comprimido; si hay residuos persistentes, usa un palillo de madera y un poco de alcohol isopropílico con suavidad. Aprovecha para limpiar también la punta del conector del cable.

No te olvides del otro extremo: el puerto USB del adaptador o de la regleta puede llenarse de polvo. Límpialo con un bastoncillo o un útil no metálico y, ante todo, hazlo con el cargador desenchufado para evitar sustos.

Otra táctica efectiva es «resetear» la conexión. Desconecta el cable del móvil y del adaptador, espera unos segundos y vuelve a ensamblar: primero cable al teléfono, luego cable al adaptador y, por último, el adaptador al enchufe. Si estabas cargando desde un ordenador, reinícialo y prueba de nuevo, ya que un simple reinicio puede resolver fallos de negociación de energía.

Para aislar mejor el origen, cambia la combinación: si estabas cargando desde el USB del portátil y va lento o no carga, usa un adaptador de pared. Prueba también otro adaptador de pared y otro cable cuando tengas la oportunidad. Con estas permutaciones, localizarás si la avería está en la fuente de energía, en el adaptador o en el propio cable. Este enfoque metódico, muy «Raspberry Pi vibes», evita perder tiempo y te da un diagnóstico fiable.

arreglar cargador

Reparaciones: de la cinta al soldador

Si has detectado que el cable está dañado, existen arreglos temporales y otros más serios. Para una solución rápida, la cinta aislante puede contener parcialmente un pelado y estabilizar la zona; no es definitivo, pero puede sacarte del apuro. Mejor aún es usar un tubo termorretráctil de proporción 3:1 y una pistola de calor precisa: corta un tramo ligeramente más largo que la grieta o apertura, deslízalo sobre la zona y aplica calor mientras giras el cable para que se contraiga de forma uniforme. Deja enfriar unos minutos antes de usarlo.

Cuando el daño está cerca de la cabeza del cable (justo antes del conector), puede que toque abrir y reparar la unión interna. Necesitarás herramienta de corte, soldador, estaño y una pistola de pegamento o tramos pequeños de termorretráctil. Realiza un corte cuidadoso alrededor de la carcasa sin seccionar los hilos; separa con mimo el conjunto y localiza los conductores. En cables de Apple es habitual encontrar cuatro colores: rojo, blanco, verde y negro; los que llevan la energía son rojo y negro, mientras que blanco y verde transportan datos. En muchos cables de Android el código de color puede variar, así que si no tienes claro qué unir, es preferible no seguir y comprar uno nuevo.

Estaña y suelda solo las conexiones necesarias para la alimentación, manteniendo los dedos lejos del calor (unos alicates con mango aislante van de lujo). Después, aísla cada hilo para que no se toquen entre sí dentro de la cabeza del cable, ya sea con pegamento caliente o con trozos de termorretráctil. Cierra la abertura con el mismo tubo termorretráctil, cinta aislante o una combinación de ambos para reforzar. Si tras el arreglo el cable sigue sin vida, es momento de reemplazarlo por uno nuevo; a veces, por mucho cariño que le pongas, no compensa frente a un cable de calidad que te ahorre dolores de cabeza.

En resumen, empieza por lo simple, haz pruebas cruzadas para aislar el fallo, limpia y reinicia, y pasa a reparar solo si te sientes cómodo con las herramientas. Con este flujo, lo más probable es que vuelvas a ver el icono de carga en un suspiro.

Edu Diaz
Edu Diaz

Cofundador de Actualapp y apasionado de la innovación tecnológica. Licenciado en historia y programador de profesión, combino el rigor académico con el entusiasmo por las últimas tendencias tecnológicas. Desde hace más de diez años, soy redactor de blogs de tecnología y mi objetivo es ofrecer contenido relevante y actualizado sobre todo este mundo, con un enfoque claro y accesible para todos los lectores. Además de mi pasión por la tecnología, disfruto de las series de televisión y me encanta compartir mis opiniones y recomendaciones. Y, por supuesto, tengo opiniones firmes sobre la pizza: definitivamente, sin piña. Únete a mí en este viaje para explorar el fascinante mundo de la tecnología y sus múltiples aplicaciones en nuestra vida cotidiana.