Honor ha querido colarse en la conversación de los móviles potentes con una jugada muy clara: meter una cámara de altura en un cuerpo de gama media-alta y acompañarla de un hardware que no se despeina. El resultado es el Honor 400 Pro, un smartphone que, además de presumir de diseño y panel, apuesta por un zoom sorprendente y por una autonomía coherente con su batería. ¿Suena a equilibrio bien pensado? Vamos a verlo con lupa.

Diseño, pantalla y sonido: un acierto casi total

En mano, el Honor 400 Pro luce más premium de lo que sugieren las fotos. La curvatura suave de los laterales rompe con la moda de los cantos planos, logrando una sujeción más cómoda y una sensación de continuidad muy agradable en el frontal ligeramente curvado. La botonera, ubicada más abajo de lo habitual, se alcanza sin estirar el pulgar, un detalle ergonómico que convendría copiar. El marco es de plástico, sí, pero el acabado está tan bien resuelto que a primera vista podría pasar por aluminio.

La pantalla AMOLED de 6,7 pulgadas (1280 x 2800) es uno de sus grandes argumentos: 120 Hz para una fluidez impecable, un pico de brillo que asciende hasta los 5.000 nits para no sufrir a pleno sol y un PWM Dimming de 3.840 Hz que ayuda a minimizar fatiga visual. La calibración de fábrica tiende a lo cálido de forma muy agradable, y la “isla” frontal es pequeña y discreta, con ecos a lo que hemos visto en los iPhone, pero sin resultar intrusiva.

El punto menos inspirado llega con el audio: pese al doble altavoz estéreo, se echan de menos graves y aparece distorsión si subimos más allá de la mitad del volumen. Para sesiones largas de música o series, mejor tirar de auriculares. En todo caso, el conjunto físico transmite empaque: 160,8 x 76 x 8,3 mm y 202 g, bien repartidos.

Rendimiento, software y batería: potencia sobrada, ROM a mejorar

Con el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 como corazón, poco margen queda para la duda: el 400 Pro vuela en juegos exigentes, edición ligera de vídeo y multitarea agresiva. Se calienta en la parte superior si le apretamos, aunque no de forma incómoda, y en ningún momento da la sensación de quedarse corto. Acompañan 12 GB de RAM LPDDR5X y 512 GB de almacenamiento, un combo que asegura aire para rato. Durante la prueba no permitió instalar apps de benchmarks desde Play Store, un detalle curioso que no cambia la experiencia real.

El software, en cambio, no enamora. MagicOS 9 sobre Android 15 funciona, es estable y está repleto de opciones, pero su estética y organización siguen demasiado alejadas de lo que propone Material You. Además, llega con bloatware de serie (apps de compras y viajes, entre otras) que se pueden desinstalar, pero que no deberían estar ahí. La suite de IA de Honor incluye funciones útiles como extraer texto de imágenes, traducción en tiempo real, reconocimiento de objetos o gestos en el aire; también permite el gesto de “rodear” con el nudillo para invocar su Portal Mágico, que es ingenioso aunque menos cómodo que usar el dedo. La colaboración con Google para tareas de edición con IA (borradores, eliminación de reflejos o mejora de imagen) suma, aunque la novedad de generar pequeños clips animando fotos parece más un juguete que una herramienta que vayas a utilizar a diario.

honor 400 pro

La autonomía está muy bien resuelta: con 5.300 mAh, en un uso normal es fácil rozar las siete horas de pantalla, y si le damos caña estaremos cerca de las seis. La carga rápida de 100 W por cable lo lleva del 0 al 100% en torno a 40 minutos, y además hay carga inalámbrica de 50 W. Es ese tipo de combo que te permite salir sin miedo aunque hayas olvidado cargar por la noche, porque un enchufe rápido te salva en un parpadeo. En conectividad, llega al día con WiFi 7, 5G SA/NSA y Bluetooth 5.4.

Cámaras: zoom brillante y procesado mejorable, precio y veredicto

La propuesta fotográfica es ambiciosa: sensor principal de 200 MP f/1.9, teleobjetivo de 50 MP f/1.9 con 3x y un ultra gran angular de 12 MP f/2.2, más una frontal de 50 MP. La app de cámara es completa y rápida, aunque su interfaz recuerda a generaciones anteriores y agradecería un lavado de cara, igual que la ROM.

El sensor principal ofrece color y balance de blancos naturales —algo no tan frecuente por debajo de los 1.000 euros—, pero el procesado peca de eliminar el ruido con demasiada agresividad. El efecto secundario es conocido: se pierde textura fina incluso con buena luz, como si una máscara de reducción de ruido se pasara de rosca. Es una estrategia razonable por la noche, no tanto a pleno sol.

Donde el 400 Pro brilla de verdad es en el zoom. El 3x es nítido y consistente, y hasta 6x promete un recorte “sin pérdidas” muy convincente; a partir de ahí, hasta 30x, combina el principal con IA para reconstruir detalle con gran acierto. ¿Exagera a veces? Alguna toma puede salir algo lavada, pero, en general, los resultados sorprenden para su rango. El ultra gran angular cumple sin caer en desenfoques en las esquinas y prefiere una ligera subexposición a forzar un HDR artificial, lo que ayuda a mantener una estética creíble. El modo retrato segmenta de forma fina —incluso con objetos complicados como piezas tipo LEGO— y permite ajustar el desenfoque con un bokeh muy logrado. Los selfies mantienen tonos de piel naturales y un encuadre suficientemente amplio. En vídeo, se mueve cómodo en 4K a 60 fps con una estabilización sólida, aunque el look no es el más orgánico del segmento.

¿Entonces vale la pena comprarlo o no?

Con un precio de salida de 650 euros, el Honor 400 Pro es un terminal muy equilibrado: diseño atractivo, pantalla excelente, rendimiento de primer nivel y un apartado fotográfico versátil, con un zoom que destaca por encima de la media. Si Honor puliera el procesado del sensor principal y refrescara MagicOS para acercarse más a las guías de diseño de Google —adiós bloatware, hola coherencia—, estaríamos ante un firme candidato a recomendación directa.o.

En clave geek, es de esos móviles que te invitan a trastear: desde probar sus gestos con IA como si estuvieras afinando un atajo en tu PC, hasta exprimir el 8 Gen 3 en juegos como quien overclockea una GPU. La sensación de control y potencia está ahí.

Edu Diaz
Edu Diaz

Cofundador de Actualapp y apasionado de la innovación tecnológica. Licenciado en historia y programador de profesión, combino el rigor académico con el entusiasmo por las últimas tendencias tecnológicas. Desde hace más de diez años, soy redactor de blogs de tecnología y mi objetivo es ofrecer contenido relevante y actualizado sobre todo este mundo, con un enfoque claro y accesible para todos los lectores. Además de mi pasión por la tecnología, disfruto de las series de televisión y me encanta compartir mis opiniones y recomendaciones. Y, por supuesto, tengo opiniones firmes sobre la pizza: definitivamente, sin piña. Únete a mí en este viaje para explorar el fascinante mundo de la tecnología y sus múltiples aplicaciones en nuestra vida cotidiana.