El Samsung Galaxy A16 se ganó fama de “móvil comodín” por su equilibrio entre precio y prestaciones, y ahora su sucesor, el Galaxy A17, llega con un golpe sobre la mesa donde más luce: la pantalla. Mientras el iPhone 16 sigue anclado en 60 Hz, este gama de entrada sube hasta los 120 Hz, algo impensable hace nada en este rango. ¿Tiene sentido dar el salto si ya vienes del A16 o es mejor esperar? Lo analizamos con lupa para que aciertes a la primera.
Diseño y pantalla: 120 Hz para todos
Samsung cambia el guion en el apartado estético: del estilo de la serie S con lentes “flotantes” del A16 pasamos en el A17 a un módulo alargado en forma de pastilla, más cercano a lo que hemos visto en los últimos Xperia. En el frontal, sin embargo, todo suena familiar: marcos generosos, barbilla marcada y notch en forma de gota para la cámara selfie.
En mano, las diferencias son mínimas. El Galaxy A17 mide 7,5 mm de grosor y pesa 192 g, frente a los 7,9 mm y 200 g del A16; se nota un pelín más fino, pero el feeling es prácticamente idéntico. En materiales, ambos montan marco de plástico y protección Gorilla Glass Victus en la pantalla, aunque el A16 apuesta por trasera plástica y el A17 por una de fibra de vidrio. En colores, la nueva generación llega en Negro, Gris y Azul, mientras que el A16 ofrecía Negro, Gris y un Verde claro.
La gran evolución está en el panel: seguimos con 6,7 pulgadas Super AMOLED y resolución FHD+ (1080 x 2340), pero el Galaxy A17 sube la tasa de refresco hasta 120 Hz, dejando atrás los 90 Hz del A16. Ambos anuncian 800 nits en modo de alto brillo (HBM), y en pruebas previas el A16 alcanzó 733 nits al 100% APL con un mínimo de 1,6 nits, datos que sirven de referencia mientras llegan las mediciones del A17. De hecho, la suavidad al desplazarte o jugar se nota tanto como cuando activas G-Sync/FreeSync en un monitor gaming: una vez te acostumbras, no hay vuelta atrás.
Rendimiento y software: mismo motor, más vida útil
Si esperabas un salto de potencia, aquí toca moderar expectativas. El corazón del Galaxy A17 es el mismo Exynos 1330 (5 nm) del A16; en mercados concretos este último también se ha visto con MediaTek Dimensity 6300, pero el panorama general no cambia: hablamos de un chip modesto. En pruebas de rendimiento, el Exynos 1330 ronda cifras por debajo de 1000 puntos en single-core y alrededor de 1900 en multi-core en Geekbench 6, con unas 360 unidades en 3DMark, por lo que no se esperan diferencias sustanciales entre generaciones.
En memoria, continuidad total: versiones desde 4/128 GB y escalado en pasos de 2 GB hasta 8/256 GB, suficientes para situarse en la parte alta del segmento económico. El lector de huellas sigue en el lateral, de tipo capacitivo, un clásico fiable y rápido para desbloquear sin florituras.
Donde sí hay un argumento fuerte es en el soporte. El Galaxy A17 sale con Android 15 y presume de hasta seis años de actualizaciones importantes, lo mismo que el A16 —que partía de Android 14—, aunque por simple efecto calendario el modelo nuevo vivirá un año más. Para un móvil de este precio, mantener el software fresco durante tanto tiempo es casi tan diferencial como el salto a 120 Hz, algo que los usuarios más geeks valoran tanto como un buen ProMotion en el ecosistema de Apple.
Cámaras, autonomía y precio: ¿merece la pena?
La configuración trasera se mantiene: 50 MP para el sensor principal, 5 MP para el ultra gran angular y 2 MP para la macro, con 13 MP para la selfie. La novedad clave del A17 es que el sensor principal añade estabilización óptica (OIS), un apoyo valioso para fotos con poca luz y vídeos más estables. El A16 ya rindió por encima de lo esperado para su rango, llegando a 124 puntos sobre 158 en un benchmark compuesto, con 71/85 para la cámara principal y 25/30 en la frontal; si Samsung ha afinado el procesado en el A17, la suma con el OIS debería notarse, pero habrá que confirmarlo con muestras lado a lado.
En batería, cero sorpresas: 5.000 mAh en ambos y carga por cable de 25 W vía USB-C, sin rastro de carga inalámbrica. En test compuestos, el A16 registró 6 h y 12 min por ciclo, un resultado correcto pero no líder, probablemente penalizado por la eficiencia del chipset. La carga completa del A16 se fue a 1 h y 43 min; si el A17 repite cifras, seguirá lejos de rivales que presumen de llenar el depósito en media hora, aunque aquí la prioridad parece ser la salud de la batería a largo plazo antes que los vatios brutos.
¿Y el precio? El Samsung Galaxy A17 está a la venta por 239 euros, con detalles para Estados Unidos aún por concretar, lo que lo coloca como una opción muy apetecible si quieres un móvil económico o un segundo terminal solvente. Si ya tienes un A16, el salto no es imprescindible: salvo la pantalla a 120 Hz y el OIS, el resto es prácticamente un déjà vu. Pero si vienes de algo más antiguo —o vas a por tu primer Android—, la combinación de panel fluido, cámara principal con estabilización y seis años de soporte hace del A17 un candidato redondo en la gama de entrada.