¡Atención! La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales está a punto de transformar el panorama profesional en España. Tras décadas con el tope en las 40 horas —un estándar implantado allá por 1983, cuando los disquetes eran lo último—, el Gobierno ha puesto en marcha un Anteproyecto de Ley que convertirá esta reivindicación histórica en realidad durante 2025. ¿Te preguntas cómo te afectará este cambio o qué deben hacer las empresas para adaptarse? Sigue leyendo y descúbrelo con todo lujo de detalles (¡y algún guiño techie incluido!).

¿Por qué se reduce la jornada laboral y cuándo entra en vigor?

El acuerdo entre PSOE y Sumar ha dado el pistoletazo de salida a una medida que busca mucho más que simples números: conciliación familiar, derecho a la desconexión digital y una vida más equilibrada para millones de trabajadores. El Consejo de Ministros aprobó el Anteproyecto de Ley para la reducción de la jornada ordinaria de trabajo el pasado 3 de febrero, estableciendo que la jornada máxima legal será de 37,5 horas semanales (de promedio anual), sin impacto negativo sobre el salario. Es decir, trabajarás menos, pero cobrarás lo mismo, ¡como si te instalaran una actualización que mejora el rendimiento sin sacrificar nada!

No obstante, la ley aún debe superar varios pasos: pasar por el Consejo de Estado y el CES, regresar al Consejo de Ministros y, finalmente, ser debatida y votada en el Congreso. El objetivo es que entre en vigor antes del verano de 2025 para dar tiempo a las empresas y departamentos de recursos humanos a prepararse adecuadamente. Además, los convenios colectivos tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse por completo al nuevo marco.

reloj laboral

Cambios clave: lo que debes saber si eres trabajador o empresa

No se trata solo de recortar horas: la nueva normativa incluye un paquete completo pensado para modernizar la cultura empresarial española, muy al estilo del salto del mando clásico al DualSense. Estos son los aspectos más importantes:

  • Mismos salarios, menos horas: La reducción no supondrá ningún recorte salarial ni afectará al salario mínimo interprofesional vigente (salvo futuras subidas independientes). De hecho, se incrementa el valor/hora trabajada.
  • Afectación sectorial: Aunque algunos convenios ya contemplan jornadas inferiores a las 37,5 horas, se calcula que aproximadamente un 88,7% del sector privado verá mejorada su situación. Sectores como industria, construcción, transporte o almacenamiento serán los más beneficiados.
  • Nuevos registros digitales: El registro horario será más exigente y digital; cada ficha deberá ser segura, accesible y trazable. Las empresas tendrán que conservar estos registros durante cuatro años y los trabajadores podrán consultarlos fácilmente desde cualquier dispositivo (sí, como si tuvieras un dashboard tipo Trello pero para tus horas trabajadas).
  • Sanciones elevadas: Incumplir con las nuevas obligaciones puede costar caro: las multas irán desde los 1.000 hasta los 10.000 euros por trabajador según la gravedad del incumplimiento.
  • Diversidad sectorial: Mientras que sectores como educación o sanidad ya gozan en muchos casos de jornadas reducidas y notarán poco el cambio, otros deberán realizar una auténtica migración versión Windows XP a Windows 11 (¡sin pantallazo azul!).
  • Distribución irregular: En sectores con necesidades variables (agricultura, hostelería…), se permitirá una cierta flexibilidad en la distribución anual de hasta un 10% de las horas.
  • Derecho a la desconexión digital: Se refuerza legalmente este derecho para garantizar que fuera del horario laboral no existan contactos no deseados empresa-trabajador.

Sistemas para adaptarse: tecnología al rescate

Cualquier cambio legal exige una adaptación rápida y eficaz —y aquí entran en juego soluciones tecnológicas punteras. Muchas empresas ya utilizan plataformas como a3innuva Nómina, un software cloud especializado en recursos humanos capaz de automatizar nóminas, gestionar horarios y facilitar informes adaptados a las últimas normativas. Gracias a módulos adicionales —portal del empleado, control horario o integración con apps estándar— estas herramientas permiten una transición ágil hacia la jornada reducida.
Además, contar con sistemas escalables garantiza que tanto grandes corporaciones como pymes puedan cumplir con los nuevos requisitos sin perder eficiencia ni seguridad… ¡ni calidad geek!

No cabe duda: la reducción de la jornada laboral supone un hito comparable al salto tecnológico del USB-C frente a sus predecesores. El reto reside ahora en adaptar procedimientos internos e infraestructuras digitales para asegurar un aterrizaje suave y seguro.