Elegir videojuegos para regalar a niños en Navidad tiene su truco: quieres algo que les enganche desde el primer minuto, que sea apropiado para su edad y, a ser posible, que también permita jugar en familia sin que acabe pareciendo una partida eterna de “¿me dejas el mando?”. La buena noticia es que para 2025 hay propuestas muy pensadas para peques, con tonos amables y mecánicas accesibles, además de algunos extras tecnológicos que encajan como regalo “redondo” si ya sabes qué plataforma usan.
En esta guía encontrarás opciones de videojuegos para menores, junto con accesorios y alternativas para completar el pack. La idea es que salgas con una lista clara según el tipo de niño o niña que tengas en mente: el que disfruta resolviendo cosas, el que se viene arriba con personajes conocidos o el que solo quiere jugar un rato y pasar a otra cosa. ¿Quién dijo que los regalos gamers eran complicados?
Videojuegos familiares y aptos para peques
Si buscas un juego que funcione con niños pequeños, lo más importante es que las acciones sean comprensibles a simple vista, que el ritmo no sea agresivo y que el error no se castigue demasiado. En ese terreno, Chicken Run: Eggstraction es una propuesta curiosa: parte del universo de Chicken Run y plantea rescates de gallinas en escenarios como restaurantes o fábricas, siempre con un tono ligero pese a lo que sugiere la premisa. La clave está en resolver los niveles con una secuencia de pasos, abriendo puertas, activando mecanismos y guiando a los personajes hasta la salida, así que puede ir genial para niños con ganas de pensar un poco, aunque los más pequeños probablemente agradecerán que un adulto les eche una mano en los puzles.
Para quienes prefieren algo aún más guiado, Snoopy & The Great Mystery Club encaja muy bien como “primer juego de misterio”. Snoopy, Woodstock y el resto de la pandilla se dedican a resolver casos a escala infantil, como recuperar una cena robada o encontrar material deportivo perdido. Lo interesante aquí es que el juego incluye texto en pantalla para orientar al jugador sobre qué hacer o a dónde ir, lo que reduce la frustración y hace que sea más amable para peques con poca experiencia con mandos. Además, la idea de cambiar de disfraz para desbloquear habilidades añade variedad sin complicarlo demasiado.
Y si lo que te apetece es un regalo que se convierta en plan de salón durante las fiestas, Lego Party (PS5 – Switch) juega claramente en la liga de los party games: hasta cuatro personas se mueven por tableros virtuales, van encadenando minijuegos y compiten por conseguir más recompensas. Se nota la inspiración en la fórmula tipo Mario Party, pero la gracia está en cómo aprovecha el universo Lego con personajes de minifigura, rutas opcionales y un toque de habilidad que matiza el componente de suerte habitual en este género. Es el típico juego que, sin prometer “paz familiar”, al menos te da munición para varias tardes.
Para niños algo mayores: acción, rol ligero y multijugador
Cuando el niño o la niña ya tiene más soltura, suele pedir más estímulo: combates, enemigos en pantalla y decisiones mínimamente estratégicas. Ahí entra Nicktoons & The Dice of Destiny (PS5 – Switch), un título con sabor a rol de mesa, inspirado de forma libre en el estilo de Dungeons & Dragons, pero con personajes de Nickelodeon. La premisa es sencilla y muy efectiva para peques: varios protagonistas, como Timmy Turner o SpongeBob SquarePants, quedan atrapados en un mundo de juego y tienen que abrirse paso luchando contra enemigos para escapar.
Su punto fuerte como regalo navideño es el multijugador local de hasta cuatro personas, ideal si hay hermanos, primos o visitas. Eso sí, como a ratos obliga a enfrentarse a grupos grandes de enemigos, suele funcionar mejor con niños algo mayores o con más práctica en coordinación mano-ojo, que ya no se lían cuando la pantalla se llena de efectos. También ayuda que cada personaje tenga habilidades y especialidades propias, lo que da pie a escoger con intención en lugar de elegir “el que me suena más”.
En el extremo opuesto, para quien quiere diversión inmediata sin una curva de aprendizaje larga, Once Upon a Katamari (PS5 – Switch) es una apuesta muy agradecida. La mecánica es casi terapéutica: hacer rodar una bola (katamari) para ir absorbiendo objetos, creciendo poco a poco hasta poder “tragarse” cosas cada vez más grandes, incluidos vehículos o edificios. Es fácil de entender desde el primer minuto, perfecto para sesiones cortas, y aun así incluye extras que suelen enganchar a jugadores mayores, como coleccionar personajes y personalizarlos. Además, cuenta con un modo multijugador en el que compites por crear un katamari más grande y sumar más puntos, ideal para picarse en familia con un nivel de competitividad razonable (o eso nos decimos cada Navidad).
Consolas, accesorios y extras para completar el regalo
Si el presupuesto da para un salto de nivel, la Nintendo Switch 2 aparece como el gran objeto de deseo: ofrece un rendimiento superior a la Switch original y, a medida que las compañías se centren en la nueva consola, el catálogo tenderá a moverse hacia ella. Además, existen packs que incluyen juegos, lo que simplifica mucho el regalo porque el niño puede estrenar consola y jugar al momento. En este punto, lo práctico es pensar también en el “ecosistema”: el mejor regalo no es solo la consola, sino que venga lista para el día a día.
Con esa idea, hay accesorios que suelen tener más impacto de lo que parece. Una tarjeta microSD Express de 256 GB sirve para no estar borrando juegos cada dos por tres, una funda de transporte evita sustos si la consola sale de casa, y un segundo par de mandos Joy-Con 2 multiplica las posibilidades del multijugador. Incluso un estuche para cartuchos puede parecer menor, pero es el tipo de detalle que evita pérdidas y discusiones cuando toca viajar.
Para familias que quieren moverse un poco más y jugar sin mando en la mano, la consola Nex Playground propone una experiencia basada en movimiento que recuerda al espíritu de la Wii, pero con un giro: no hace falta sujetar un controlador para jugar. Incluye varios juegos y actividades de serie, y existe una suscripción opcional que abre el acceso a más contenidos, incluso con personajes populares, lo que puede encajar muy bien si el peque conecta más con “jugar y moverse” que con aprender combinaciones de botones.
Y si el niño ya vive en el móvil (porque sí, a veces la “consola” está en el bolsillo), un mando tipo Backbone One cambia bastante la película al convertir el smartphone en una experiencia más parecida a un mando tradicional, algo especialmente útil en juegos con más acciones, donde tocar la pantalla se queda corto. Eso sí, conviene fijarse en la compatibilidad con iPhone o Android antes de comprar.
Por último, si sabes que juega a títulos con compras dentro del juego, las tarjetas regalo de juegos o plataformas ayudan a acertar sin adivinar gustos exactos, y para rematar el componente “geek”, los sets de Lego inspirados en videojuegos o los peluches Squishmallows de Pokémon funcionan como complemento físico perfecto. Incluso el formato clásico de Blu-ray con películas relacionadas con videojuegos mantiene ese encanto de tener algo “para siempre”, aunque a los servicios de streaming les dé por reorganizar el catálogo cuando menos conviene.
