En Android, lo normal es ir a Google Play, buscar la app y pulsar en Instalar; sin embargo, el sistema también permite otra ruta que enamora a cualquier usuario curioso: instalar aplicaciones mediante su archivo APK. Esta opción abre la puerta a probar versiones recientes, acceder a catálogos alternativos y, en definitiva, exprimir el ecosistema como un auténtico power user. ¿Listo para salirte del carril de Google Play con seguridad y sin líos?
Qué es un APK y por qué te interesa
Un archivo APK (Android Application Package) es el paquete instalable que contiene todo lo necesario para que una app funcione en tu móvil. Es, salvando las distancias, el equivalente a un EXE en Windows o a un DMG en macOS: lo descargas, lo abres y el sistema se encarga de integrarlo. De hecho, aunque Google Play hoy prioriza los App Bundles (AAB) por cuestiones de distribución y optimización, lo que finalmente aterriza en tu teléfono sigue siendo un APK generado a partir de ese bundle.
La gracia del APK es que te permite instalar aplicaciones incluso si no las obtienes desde la tienda de Google. Puedes descargarlas directamente en el móvil o transferirlas desde un pendrive o la memoria del ordenador, y una vez las tienes a mano, se comportan como cualquier otra instalación. Para el público más geek, es un formato que aporta flexibilidad y control, similar a tener acceso root en un proyecto de desarrollo pero sin meterse en camisas de once varas: aquí todo se hace desde la interfaz del sistema y con procesos guiados.
Dónde conseguirlos y qué cambia desde Android 8
Google Play no es el único escaparate. Existen alternativas como Amazon Appstore o Galaxy Store, además de repositorios reconocidos por albergar versiones recientes de apps populares, como APKMirror o APKPure. En todos los casos, el mecanismo real bajo el capó es el mismo: descargar un archivo APK que, al ejecutarse, instala la aplicación o el juego en el dispositivo.
Desde Android 8, Google reforzó la seguridad de este proceso con un enfoque más granular. Antes había un interruptor general para permitir “orígenes desconocidos”; ahora, el permiso se gestiona por aplicación. Esto significa que el “origen” que inicia la instalación (por ejemplo, tu navegador, el gestor de archivos o cualquier otra app desde la que abras el APK) necesita autorización explícita para instalar paquetes. La ventaja es clara: otorgas acceso solo a las apps que de verdad usarás para instalar APK, reduciendo riesgos y manteniendo todo bajo control.
En la práctica, verás un aviso cuando intentes abrir un APK por primera vez desde una app que aún no tiene ese permiso. El propio sistema te guiará a los ajustes para concederlo, y a partir de ahí, esa app ya estará habilitada para instalar aplicaciones externas. Si más adelante quieres usar otro navegador o un explorador de archivos distinto, tendrás que repetir la concesión para esa nueva app, y listo.
Cómo dar y revocar permisos de instalación
El proceso para otorgar permisos es sencillo y está pensado para que no te pierdas por el camino:
1) Descarga el APK con la app que prefieras (por ejemplo, tu navegador).
2) Toca el archivo para abrirlo. Android mostrará un mensaje indicando que no se pueden instalar apps de orígenes desconocidos.
3) Pulsa en Ajustes cuando aparezca el aviso en la parte inferior de la pantalla.
4) Entra en el apartado de la aplicación que estás usando y busca la opción “Instalar aplicaciones desconocidas”.
5) Activa el permiso. A partir de ese momento, esa app quedará autorizada para instalar APK.
El sistema recuerda tu elección, de modo que no tendrás que repetirla cada vez. Eso sí, si cambias de herramienta para iniciar la instalación, tendrás que conceder el permiso a esa nueva app, siguiendo exactamente los mismos pasos. Es una filosofía similar a los permisos granulares de Android para cámara o ubicación: control fino y transparente.
Revocar el permiso es igual de directo, por si en algún momento quieres dejarlo todo como al principio. Solo debes hacer lo siguiente:
1) Abre Ajustes del sistema.
2) Entra en Aplicaciones y toca en “Ver todas las aplicaciones”.
3) Selecciona la app a la que deseas retirarle el permiso (por ejemplo, el navegador que usaste para abrir el APK).
4) Accede a “Instalar aplicaciones desconocidas” y desactiva la opción.
Dependiendo de la capa de personalización, la ruta puede variar ligeramente, pero el concepto es el mismo en todos los fabricantes. En One UI de Samsung o en MIUI de Xiaomi los menús cambian de nombre aquí y allá, aunque la opción “Instalar aplicaciones desconocidas” sigue estando dentro del perfil de la app en cuestión. Es un buen ejemplo de cómo Android mantiene la consistencia del sistema aún con diferentes interfaces, algo tan reconocible como cuando saltas entre distribuciones Linux y sigues encontrando la consola donde esperas.
¿Sigues usando una versión antigua? Si tu dispositivo está en una versión anterior a Android 8, el mecanismo para instalar apps fuera de la tienda es incluso más simple, ya que había un único interruptor que habilitaba la instalación desde cualquier origen. Bastaba con ir a Ajustes, abrir Seguridad y activar “Orígenes desconocidos”. Al hacerlo, cualquier APK que intentases instalar tenía vía libre. En las versiones modernas, este permiso global se ha sustituido por el modelo por aplicación que acabamos de ver, más seguro y preciso.
En resumen, instalar APK en Android no es solo cosa de expertos: es una función nativa con mucho potencial que, gestionada con los permisos adecuados, te permite descubrir apps desde otras tiendas, probar versiones recientes y, en general, llevar tu móvil un paso más allá. Como sucede con los App Bundles (AAB) que terminan creando el APK final, lo importante es entender el flujo y aprovecharlo; una vez lo haces, el resto es tan natural como pulsar Instalar.