No hay duda de que los teléfonos móviles han evolucionado a una velocidad pasmosa estos últimos años. De ser un dispositivo para llamar y que nos llamen -prácticamente- ha pasado a ser un elemento vital donde depositamos prácticamente toda nuestra información. Es un terminal todo en uno que tanto nos sirve tanto para pedir cita en el médico como para comprobar el estado de un pedido, gestionar nuestras redes sociales e incluso pagar desde el propio smartphone. Pero hay algo que no ha evolucionado al mismo ritmo que lo hacían estos dispositivos: la batería. Hemos visto como en este salto generacional, de cargar nuestro móvil cada semana hemos pasado a cargarlo cada día (dos en el mejor de los casos) valiéndonos de baterías externas y demás artilugios para no quedarnos ‘tirados’ sin energía en el teléfono.
El azufre es la solución de Sony y la nueva generación de baterías
Esto es un problema que los fabricantes ya tienen conocimiento de ello, y últimamente hemos visto un ligero aumento en la autonomía de algunos terminales, pero no lo suficiente -ni de lejos- para volver a aquella semana de autonomía. En un mercado donde se busca conseguir el equipo más fino y estilizado, no es compatible con grandes cantidades de baterías actuales porque éstas, físicamente, ocupan demasiado.
Así pues, según el medio japonés Nikkei, Sony estaría trabajando en una combinación de baterías diferentes a las de litio actuales. El elemento clave de estas nuevas baterías sería el azufre: la firma japonesa está probando baterías de litio y azufre, además de otras combinando magnesio y azufre. Eso sí, no esperéis verlas pronto, pues parece ser que estarán listas para el año 2020, y tal y como esperábamos, su principal objetivo es alimentar smartphones.
El problema de las actuales baterías de litio, -que ya llevan con nosotros más de dos décadas, por cierto- es que ya han llegado a la capacidad máxima de energía que pueden almacenar. Volvemos a lo que os comentábamos al principio: para una mayor autonomía se requieren baterías físicamente más grandes, algo que choca con los intereses de la industria ya que una batería excesivamente grande no les daría margen de diseño a los fabricantes.
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El hecho de que se tarde tanto en poder lanzar este tipo de tecnologías es porque aún deben pasar una serie de pruebas y solucionar otros tantos problemas. En este caso, parece ser que las baterías de litio y azufre son propensas a generar calor y incluso a arder. Otro detalle que se busca con este tipo de carga es que la batería mantenga su capacidad por mucho tiempo que pase.
¿Y mientras llega el 2020? ¿Qué hacemos con las baterías?
Otra opción es optimizar el uso de las baterías mediante software. Google parece ser que ha hecho un buen trabajo con Doze, un nuevo método de ahorro de energía incluido en Android 6.0 Marshmallow que reduce el consumo mientras el terminal está en reposo. Otro paso importante es la tecnología de carga rápida, cada vez más extendida en los nuevos smartphones; ya que la autonomía no va a mejorar, por lo menos que lo hagan sus tiempos de carga.
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Pero sin duda, uno de los casos más sonados últimamente ha sido el del smartphone Oukitel K10000, un terminal con nada más y nada menos que 10.000 mAh de batería, un auténtico tanque de energía que ha llamado mucho la atención.
[NDTV, Nikkei]